por John Dinges (Click here to read this article in English)
10 de abril del 2010
KISSINGER ORDENÓ NO ADVERTIR A PINOCHET QUE EEUU SABÍA DE PLAN DE ASESINATOS DE LA OPERACIÓN CÓNDOR
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ElNational Security Archive, organización estadounidense asociada con ArchivosChile, entregó hoy documentos desclasificados con importantes revelaciones sobre el papel de Estados Unidos respecto al asesinato del ex canciller, Orlando Letelier.

Kissinger dió la orden to “no actuar más en este asunto” el 16 de septiembre de 1976, sólo cinco días antes de la explosión del carro-bomba que mató a Letelier y su secretaria norteamericana mientras iban camino a su oficina en Washington, DC. La orden de Kissinger dejó sin efecto un mandato anterior realizado a los embajadores norteamericanos de presentar un “demarche”—advertencia formal–a los más altos funcionarios de esos países sobre la “profunda preocupación” del gobierno de EE.UU ante la posibilidad de que Operación Cóndor se concretara.
Dos investigadores sobre el caso Letelier han concluido que con toda seguridad, el gobierno de Pinochet habría abortado la operación de asesinar a Letelier si hubiera recibido la advertencia que su principal aliado, Estados Unidos, conocía los planes de Cóndor y se oponía a ellos. Este juicio –que implica que la información que tenía el Departamento de Estado norteamericano era suficiente para “prevenir el asesinato” están contenidos libros de John Dinges, Operación Cóndor: Una Década de Terrorismo Internacional en el Cono Sur, y de Peter Kornbluh, Pinochet: Los Archivos Secretos.
Un diplomático norteamericano de la época expresó un juicio matizado sobre la responsabilidad de EE.UU, pero apuntando a la misma conclusión. “Sabíamos con bastante anticipación que los gobiernos de los países del Cono Sur estaban planeando algunos asesinatos en el extranjero [en] 1976… Si hubo relación directa o no, lo desconozco. No sé si hubiéramos podido prevenir esto (el asesinato de Letelier) de haber intervenido. Pero no lo hicimos,” pronunció el Secretario Adjunto para América Latina, Hewson Ryan, en una entrevista citado en Operación Cóndor.

El misterio, ahora resuelto con la desclasificación de estos documentos, ha sido la razón por la cual los funcionarios no cumplieron la primera orden de Kissinger de presentar la advertencia formal a Pinochet o al menos al jefe de DINA, Manuel Contreras. A través de los años, un colaborador cercano de Kissinger, el ex Secretario Adjunto para América Latina William D. Rogers, declaró rotundamente que el ex Secretario de Estado “nada tuvo que ver” con la cancelación de la orden. El mismo Kissinger ha hecho declaraciones de orgullo de haber ordenado la advertencia y por haberse “opuesto” a Operación Cóndor.
La prueba que contradice las versiones de Rogers y Kissinger, está en los documentos obtenidos por National Security Archive recientemente publicados en un informe del analista Peter Kornbluh: la orden de cancelar la advertencia vino de Kissinger personalmente.
La cronología
Mayo-junio de 1976: Mueren asesinados en Argentina el ex presidente de Bolivia Juan José Torres, y dos políticos prominentes uruguayos: Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez. La CIA informa a Washington que estos atentados forman parte de una nueva alianza de países del Cono Sur que se llama “Operación Cóndor,” liderada por Chile. Informa además que Chile, Uruguay y Argentina han lanzado operaciones de asesinato afuera de América Latina, detectando planes concretos contra personas exiliadas en Francia y Portugal.

23 de agosto de 1976: Basándose en la información anterior, Henry Kissinger manda un cable titulado “Operación Cóndor” a todos los embajadores norteamericanos de los países miembros (Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Bolivia y Paraguay). Señala: “Los asesinatos planeados y dirigidos por los gobiernos miembros de Cóndor, dentro y fuera del territorio, tienen consecuencias extremadamente graves que tenemos que enfrentar con rapidez y sin rodeos”. Kissinger ordena a los embajadores de Chile, Argentina y Uruguay a “entrevistarse lo más pronto posible con el funcionario de mayor rango –de preferencia el Jefe de Estado—para elevar una advertencia formal”.
Última semana de agosto: Los embajadores norteamericanos en Chile y Uruguay piden instrucciones sobre la manera de entregar la advertencia, conocido en el lenguaje diplomático por el término francés “demarche”.

30 de agosto de 1976: El secretario adjunto para América Latina Harry Schlaudeman despacha un memo a Kissinger esperando la elección y aprobación de las diferentes alternativas propuestas por el embajador de Uruguay para cumplir con la orden de Kissinger. Schlaudeman subraya la urgencia del asunto, apuntando que “lo que estamos tratando de evitar es una serie de asesinatos internacionales que pudieran dañan seriamente al estatus internacional y reputación de los países involucrados”.(Documento obtenido por Kornbluh por la Ley de Libertad de Información- FOIA).
16 de septiembre de 1976: Kissinger, estando de viaje en África, contesta el memo de Schlaudeman, negando permiso a todas las alternativas de presentación del “demarche”. Textualmente dice: “Memo fecha agosto 30, “Operación Cóndor.” Secretario denegó aprobación mensaje a Montevideo y ordena que no se tomara más medidas respecto este asunto.” (Documento “confidencial”, desclasificado por haber pasado 25 años, obtenido del Archivo Nacional por el analista Carlos Osorio de National Security Archive).
20 de septiembre de 1976: El funcionario Schlaudeman dispone traspasar la orden de Kissinger a todos los embajadores, repitiendo la frase que ahora sabemos es del mismo Kissinger: “no tomen más medidas, hagan notar que no ha habido información en varias semanas que indique intención de activar el plan Cóndor”.
21 de septiembre de 1976: Menos de 24 horas después de ser despachado ese cable, muere Orlando Letelier y Ronni Moffit cuando su auto iba por la avenida Massachusetts en Washington DC, a menos de tres kilómetros de la Casa Blanca. Una semana después investigadores de la FBI reciben información que el atentado fue obra de Chile utilizando los mecanismos internationales de la Operación Cóndor.
Una vez instalados los gobiernos democráticos en Chile, el General Manuel Contreras, jefe de DINA, cerebro de la Operación Cóndor y arquitecto del atentado contra Letelier, fue condenado por el crimen del ex canciller y otras acciones de la Operación Cóndor y cumple su sentencia en una cárcel chilena.
Henry Kissinger y sus cercanos colaboradores del Departamento de Estado de entonces han emitido diversas versiones sobre su actuación con respecto al caso Letelier. Durante muchos años se negó que Estados Unidos conociera los planes de asesinato de la Operación Cóndor antes de la muerte de Letelier. Documentos desclasificados por el Presidente Bill Clinton en 1999 contradicen claramente esa versión, comprobando la existencia de más de 30 documentos de la CIA y el Departamento de Estado que describen los planes de Cóndor, todos antes de Septiembre de 1976. (Ver Dinges, Operación Cóndor 334-336)
Después que el General Pinochet fuera detenido en Londres en 1998, Kissinger cambió de tono e hizo saber que estaba orgulloso de su actuación de “oponerse a las actividades de la Operación Cóndor.” En una declaración realizada a través de un vocero como testimonio escrito en un juicio por derechos humanos en Roma, Kissinger menciona su orden de entregar el “demarche”.
“El Dr. Kissinger entró en conocimiento de la existencia de la Operación Cóndor en 1976. El 23 de agosto de 1976 impartió instrucciones a los embajadores estadounidenses en la región para que dejaran en claro a los más altos oficiales del gobierno la ‘profunda preocupación’ de Estados Unidos acerca de los rumores de planes coordinados de asesinatos…”
Kissinger omitió el hecho de que sus instrucciones nunca se cumplieron, Pinochet nunca recibió la advertencia que Estados Unidos conocía los planes de Cóndor, y que fue el mismo Kissinger quien ordenó la cancelación de la acción que posiblemente hubiera podido evitar el asesinato en el capital de Estados Unidos.
“El cable del 16 de septiembre es la pieza que falta en el puzzle histórico del rol de Kissingir en la acción e inacción del gobierno de Estados Unidos después de enterarse de los planes de asesinato de la Operación Cóndor. Ahora sabemos como sucedió. El departamento de Estado inició un esfuerzo oportuno para frustrar el “Homicidio Incorporado” en el cono Sur y Kissinger, sin explicaciones, lo abortó.” —Peter Kornbluh
“El misterio de este trágico caso siempre ha estado centrado en Kissinger. Sabemos que él puso en camino una fuerte advertencia para Chile que de haber sido entregada, es casi seguro, que podría haber detenido la operación del asesinato que ya se había puesto en marcha contra Letelier. ¿Por qué la advertencia no fue entregada? Desobedecerle a Kissinger claramente no era una opción. Ahora sabemos que fue el mismo Kissinger el responsable. Él canceló su propia orden y Chile continuó con el asesinato en Washington.”—John Dinges